Me miras
y se eyecta un
vinculo
de seda finísimo
hasta mi oído que
escucha tus mantras
quieres deseos que desean deseos
y yo miro mis manos vacías
se que soy incapaz de atrapar
los grandes sueños
pero me siento con ganas
de inventarte una sonrisa
mientras mis pies tropiezan
intentando saltear las baldosas marcadas
se que agitando rítmicamente mi cabeza
y transportando los brazos por arriba de mi hombro
puedo dibujarte la felicidad
en tu frente arrugada de vida.
Si sacudo mi torso y
me pongo a cantar
como si supiera, como si la voz saliera de mi axila derecha
o como si estuviera cantando
bajo la lluvia de la ducha
apuesto el sueldo que no me alcanza
para llegar a fin de mes
que te vería reírte
de las cerrazones y de los rayos
que caen en el campo desierto.
Me miras y es una señal
de que el sol puede marchitar
los pétalos mas coloridos
y el cielo puede
hacer caso omiso
a las plegarias de los infieles
pero tu no te iras sin una elegante sonrisa burlona
de los lugares plagados de pensamientos pegados al cuerpo
resistiendo los tediosos inventarios
y las elegantes auditorias
que impone la gran ciudad revestida
de lujosos cuadros sin significado
me miras
y me derrites las sombras con olor a sal
me miras y ya las batallas están ganadas
de antemano, casi sin pelearlas,
me miras
y las razones abandonan su lógica
su pesada estructura de causas inventadas.
Me miras
como si me hubieras planeado
sobre los planos desordenados
de un ingeniero desquiciado.
Los diarios no hablaran de nosotros
en la oscuridad de
nuestros deseos devaluados,
superados por las grandes ofertas de los supermercados
de apetito
desmedido y vanidad a la europea.
Las telenovelas no
hablaran
de nuestras historias
de afecto,
jamás representaran
adecuadamente
los
microdesencuentros y los unidimensionales celos
que atraviesan los intestinos y el pecho.
Un solo renglón
se dedicara en la
historia universal a nuestra vida
y apenas nos
nombraran cuando
el último que nos
conoció nos olvide.
Los noticieros callaran nuestra épica
de pobres olvidados.
El objeto capital
de la contemporánea
investigación
que se adornaba con macetas de deseos
era tratar de identificar
las opiniones
dominantes
entre brujas
respetables y
alquimistas de medio pelo
sobre las mujeres
partiendo de los postulados
que ellas son desmontables y aerodinámicas
reversibles e irreverentes/
arrojadas y arrebatadas
más o menos caras que
los hombres.
Sus tareas de
rotación lunar y voluntaria
son superiores o inferiores
según la estación en que se las invoque
Ellas son mas o menos
disciplinadas
cuando la mirada del macho está distraída
y eficientes cuando
se les da la gana
o cuando se quieren divertir.