Presentación



Comencé a escribir en la década del ochenta, en el siglo pasado (dicho de esta forma repercute como un hecho ancestral); si bien manejo las nuevas tecnologías muy bien, siempre tuve la idea de que lo escrito debía publicarse en papel. Pero, todos los que han intentado lo saben, publicar no es fácil y mucho menos si uno vive alejado de los centros literarios. A pesar de haber participado en algunas antologías y revistas y haber ganado algún que otro concurso no creo que nada se compare al sentimiento de ser el protagonista de la tapa de un libro.

Pero más allá de delirios personales, de la lujuria de la fama y el egocentrismo tira bombas que cacarea la propia supremacía de su pensamiento, la pregunta motora de la escritura está ahí: ¿par qué se escribe? (por favor no piensen en la respuesta top de los escritores “para exorcizar fantasmas”).

Para responder la pregunta expuesta tomo como supuesto la idea de que uno escribe para otro (aunque a uno le apene lo que ha escrito, como a mí) y si es así lo que uno está tratando de hacer es de presentarse, de decir ¡“mírenme”!. Y puedo aceptar que ese “míerenme” puede estar dicho con la mayor humildad o la más pesada petulancia pero siempre se trata de decir” acá estoy”.

Tras los pasos de este razonamiento, un tanto errático, es que decidí salir a mostrar lo que he escrito durante tanto tiempo y decir mírenme acá estoy.

En cuanto al por qué escribo, es decir, esencialmente qué me ha llevado a elegir esta forma de presentación mi teoría es simple: escribir es una bella forma de pasar el tiempo.

Este es el pensamiento a seguir tras la creación de este blog el cual se ira desenvolviendo a medida que el tiempo transcurra.







FRASES PENDEJAS QUE NO COMPARTO

 FRASES PENDEJAS QUE NO COMPARTO

NADA ES PARA SIEMPRE

Esta frase es para mí la más pendeja: ¡Qué nada dura! todo se termina, pues mi forma de ver el mundo es todo lo contrario. Para mí: todo es para siempre. Cada acto que realizamos será para toda la eternidad, nadie podrá cambiarlo. Lo que sucede es que nuestro conocimiento se ha acostumbrado a diseccionar la realidad, descomponerla en pequeños pedacitos como si así pudiéramos comprender nuestra vida. Nada es un término muy confuso, representa ausencia, falta de; es indica la vida (lo que nosotros llamamos vida) y siempre nos remite a un concepto también confuso la eternidad, algo que solo podemos llegar a intuir, pues, como dije antes, estamos acostumbrados a cortar todo en fragmentos diminutos y a pensarlos como verdaderos. La vida se nos aparece ante nuestra conciencia como pequeños trozos que podemos deglutir. Sin embargo, a eso que llamamos vida, que está invadiendo nuestro cuerpo le importa un carajo como la dividamos. Tal vez mis argumentos no sean suficientes, porque yo también pienso y deduzco en fragmentos. Pero si yo digo todo estoy representando la plenitud, lo lleno, lo completo, sin fisuras; y si le agrego que es (vida) para siempre (eternidad) esa es una frase que supera los segundo y minutos, el pasado y el futuro y eso que llamamos presente y nos vive burlando. Es así que entreveo, con la ignorancia de mis pensamientos agazapada tras mis palabras, que aquel primer beso que di a la mujer que amo siempre estará ahí, donde sea que sea ahí. Yo elijo vivir pensando que Todo es para siempre.

MARIO MARCELO HERRERA