Presentación



Comencé a escribir en la década del ochenta, en el siglo pasado (dicho de esta forma repercute como un hecho ancestral); si bien manejo las nuevas tecnologías muy bien, siempre tuve la idea de que lo escrito debía publicarse en papel. Pero, todos los que han intentado lo saben, publicar no es fácil y mucho menos si uno vive alejado de los centros literarios. A pesar de haber participado en algunas antologías y revistas y haber ganado algún que otro concurso no creo que nada se compare al sentimiento de ser el protagonista de la tapa de un libro.

Pero más allá de delirios personales, de la lujuria de la fama y el egocentrismo tira bombas que cacarea la propia supremacía de su pensamiento, la pregunta motora de la escritura está ahí: ¿par qué se escribe? (por favor no piensen en la respuesta top de los escritores “para exorcizar fantasmas”).

Para responder la pregunta expuesta tomo como supuesto la idea de que uno escribe para otro (aunque a uno le apene lo que ha escrito, como a mí) y si es así lo que uno está tratando de hacer es de presentarse, de decir ¡“mírenme”!. Y puedo aceptar que ese “míerenme” puede estar dicho con la mayor humildad o la más pesada petulancia pero siempre se trata de decir” acá estoy”.

Tras los pasos de este razonamiento, un tanto errático, es que decidí salir a mostrar lo que he escrito durante tanto tiempo y decir mírenme acá estoy.

En cuanto al por qué escribo, es decir, esencialmente qué me ha llevado a elegir esta forma de presentación mi teoría es simple: escribir es una bella forma de pasar el tiempo.

Este es el pensamiento a seguir tras la creación de este blog el cual se ira desenvolviendo a medida que el tiempo transcurra.







EN LA CALLE DESIERTA (a los estudiantes chilenos)

En la calle desierta
un carro hidrante riega
un jardín de piedra
en la calle desierta
los carteles publicitarios enuncian
solo onomatopeyas.

Hay vidrieras engalanadas para una fiesta
que exhiben conocimiento último modelo,
técnicas milenarias, algunos versos,
en la calle desierta.

En la vereda árboles sin sabia
perros que aprenden a ladrar
en la calle desierta
banderas ensangrentadas
flamean en los semáforos
en la calle desierta.

Los balcones no tienen rejas
las puertas están cerradas con llave
en la calle desierta
una estatua de sal con sonrisa de arena
al frente de una escuela
en la calle desierta
no tiene nombre que la identifique
la calle desierta.

Un libro con sus letras arrugadas
espera en una mesa de café
un lector que lo rejuvenezca
abejas huérfanas de miel
revolotean sobre flores de papel
pájaros cantan el canto de sus ancestros
en la calle desierta.
La luna observa no tan lejos
pero la calle… sigue desierta.

EL OBSERVADOR a Maria Antonia

Ella está ahí
dibujada por la penumbra
con los pezones tiritando las sabanas
cualquier pose de sus rodillas
borra el significado de la habitación.
La cama la encierra como un cuadro
que se empecina en dar vida
la respiración fluye por sus caderas
y el pelo revolucionario
repta por la almohada desvelada.
La noche palpita sensualidad
subida al respaldo de la cama, ahora,
colgada de las cortinas, después,

Ella está ahí
desentendida de su ombligo
con los labios húmedos de sueños
de un momento a otro rediseñara el espacio
insinuando entre sus muslos de luna
la razón de su leve sonrisa
ella está ahí
es hora de despertarla…

ECO

No dejes de hablar… por favor
No capto tus mensajes de lluvia
Pero no quiero desiertos de sonido.
Sigue atravesando la luz, apresurada,
Fascinada con la perfección de lo fútil
Aunque no repares en las espaldas
Que cargan los deseos
En tus pesadillas noveladas
Tus SI, si, si alambrados
Pues necesito de tus casualidades
Para consolar las mías.

LUZ DE LUNA

Luz de luna alumbra
tú lúcida lujuria
la ludopatía lubricante
de tus dedos de lupanar
y el lunfardo de tu lengua
de lujo.
¡Oh! deleite lumbar
lunación de tus pechos lunáticos
lugar donde luego lucha
la piel ilusionada y lucífera
contra el espacio lúgubre y pululante.
Lucubro el lucro
de luxar la almohada
contra la luminiscencia
de tu mirada lucero
lúnula y luneta
en el lumpen
de nuestros cuerpos lustrados.

LA BICICLETA

Prefiero andar en bicicleta a ir caminando,
corriendo o en auto
el paisaje
formas que se debaten en
la plenitud de un esbozo,
es más preciso y menos onírico
a la velocidad promedio
de las dos ruedas
en las runas
de las gotas de
sudor los esclavos conceptuales
viven una libertad provisoria
mientras el piñón cambia
su multiplicación para adecuarse
a la potencia de la fuerza.
Prefiero andar en bicicleta,
subir la cuesta y
dejarme en la bajada,
sólo tocar el piso cuando
es necesario, soltarme de manos - abrir los brazos
luchar contra el viento o
embalar en una recta
que no lleva a ningún lado.
Prefiero la bicicleta,
un cuadro, dos ruedas, el manubrio, la cadena.
Prefiero la bicicleta
por que susurra, no contamina,
hace bien para los pulmones
llenos de tabaco
y las rodillas medias partidas.
Prefiero la bicicleta,
aunque me ensucie las manos
cuando se sale la cadena.

BAILAN......................BAILAN


Bailan en las noches místicas los cuerpos sin alas

para mitigar la dictadura de la gravedad, bailan.

Bailan al ritmo que mueve músculos sediciosos

ahuyentando gallinas escondidas entre los tobillos, bailan.

Bailan sin castas, en el milagro de una contorsión

representando la mímica de la existencia, bailan.

Bailan migran sentimientos con sinópticos destellos

escriben historias en el aire con las manos destapadas, bailan.

Bailan zapatean la miseria en un instante de éxtasis

descalzos, con tacos, en la tierra apisonada, sobre el parquet lustrado, bailan.

Bailan se agitan barriendo las luces, des dibujando los techos

como si el misterio fuese perderse de la propia sombra, bailan.

Bailan transpiran alegrías que minan

aventuras rutinarias de milonga suburbanas, bailan.

Bailan disueltos en la misericordia de una coreografía

pendiente del detalle mínimo de una cadera fugitiva, bailan.

Bailan, rose milímetro, caderas descoyuntadas

mimetismo seductor impuesto por las miradas que también bailan.

Bailan minando las fuerzas hasta que la música se escapa

y el rito milenario latente descansa, todos bailan.

Bailan sueñan nuevos amaneceres, quizás nuevos bailes

las notas flotan, los oídos se arrastran, hasta la mismísima muerte

en punta de pies baila.

ESTO QUE ME PICA

En el légamo de un decir

mi casa no termina de construirse

como si mis dos brazos no

alcanzaran a enlucir pintar rellenar columnas

las noticias en la TV casi

siempre son noches de tormenta ¿cómo

subir una escalera de la mejor

manera? ¿ qué paisaje esconderá la esquina?

¿cuánto uno necesita de una dosis

de miradas familiares? Mudar esa sensación

de comezón del pecho a la

pelvis y de ahí a la

yema de los dedos ¿una casa

necesita de un arquitecto?¿la locura

necesita una casa? las cosas se

dicen muy fácil pero es muy

difícil que una casa finalice si

uno la quiere para exhibir las

variaciones ontológicas de un comedor los

diarios quieren vender demasiadas cosas

¿hay un método para descubrir caminos

sin precipicios?¿hay en los malvones

que habitan un jardín la secreta

esperanza de convertirse en geranios? Cuando

muevo la tierra con mis manos

creo que los dientes que me faltan

crecen de repente ¿el hombre parado

en la esquina es más sabio

por que ve las dos veredas?

FUERA (del libro ¿Tú sabes lo que tienes?)


Estoy bajo la sombra de un árbol

creyendo soñar grandes visiones nunca imaginadas

pero pasan tantas personas mirando el gran sol

el inmaterial cielo

¿Serán parte de mi gran sueño

o yo -centro ineludible del universo-

seré el accidente que ellos planearon

para hacer más ligero su propio sueño?

Miro mis manos y se que me obedecen

que llevan a mi boca el alimento necesario

y siento su dolor como propio

veo los callos y se qué los produjo

esas pequeñas uñas recortadas a dientazo

y dudo de que esté bajo la sombra de

este árbol y que el dolor provenga de mis manos

ciento voces, son de esas personas que caminan

soñando o soñados por el delirio de mi centro.

Me doy cuenta son pensamientos sin salida

sin la verdad que los remita

hasta ese lugar seguro

donde la persistencia deja de ser un espejismo

frustrado de puertas de emergencia

sin el don de la voz que los confirme.

Y este árbol que se hace tan real

homologado por la sombra

y mi sueño prorroga su plácido divagar

desentendido de su fugacidad

avanza e imagina los proyectos de esa gente

que camina trazando avenidas de colores.

Deduzco la conexión de todos los conceptos

que se han ido sucediendo

y sospecho el desenlace

fuera de estas manos

fuera de esta piel

allende las fantasías de los peatones.

SIEMPRE ESTÁN EN MÍ (Del libro "El lado oscuro del sol")



Hay una ciudad que me promete batallas
una legión de soldados ávidos
de regalarme sus balas
-siempre están en mí-.
Dos o tres sonrisas postizas
donan la frialdad que necesitan
mis pies para congelarse
-siempre están en mí-
La voz proyectil
lanzada desde una boca apremiada
por deseos acuchillados por un cuter
impacta sin remordimiento
en el centro de mis acciones
-siempre están en mí-
Hay días eclipsados
con micro desencuentros
de color encierro.
-siempre están en mí-.
Hay una oportunidad aletargada
en cada rincón ausente de luz
una futura cicatriz
en cada herida abierta
una mirada sin estrabismo
una voz sin ruido de fondo
la certeza a pesar de la incertidumbre
de que siempre están en mí.



TIERRA VIDA (Del libro "El lado Oscuro del Sol") 1ºPremio concurso organizado por el centro de alumnos de la Cátedra Sarmientina 2003



Esta tierra me ata
Me estruja la esperanza
Y me estrangula el alma
Pero qué hacer sin sus montañas
Sin la difuntita manchada de cera
Las uvas lloviendo de las cepas
Las tonadas rumiando una siesta
Y mi niñez… perdida en un callejón de tierra.
Esta tierra me ara
Los sueños clandestinos
El mañana que heredará mi hijo
Y mi aletargada existencia
Bajo la sombra de un olivo.
Pero cómo cerrar con el olvido
Los innumerables capítulos escritos
Sobre sus cerros andinos
Las historias no contadas
De aquellos que la han querido
A PESAR DE TODDO
¡¿Qué debo escribirla?!
¡Prefiero sentirla!
Aunque el dolor desgarre
Cada palmo de mi carne.
Esta tierra me arrastra
Por sus acequias-laberinto
Entre sus valles dormidos
Bajo un sol lanzado al infinito
En un desierto decorado
De puntos suspensivos.
Esta tierra me tiembla
Descalza mi paso solitario
Llena mis ojos de zonda
Y emborracha con vino tinto
Los bordes de mí gastada memoria.
¡¿Qué debo explotarla?!
¡Anhelo construirla!
Esta tierra me ata
Estruja, estrangula, ara
Pero cómo dejarla suelta
Si yo de alguna forma extraña
Soy parte de sus montañas.