Estoy bajo la sombra de un árbol
creyendo soñar grandes visiones nunca imaginadas
pero pasan tantas personas mirando el gran sol
el inmaterial cielo
¿Serán parte de mi gran sueño
o yo -centro ineludible del universo-
seré el accidente que ellos planearon
para hacer más ligero su propio sueño?
Miro mis manos y se que me obedecen
que llevan a mi boca el alimento necesario
y siento su dolor como propio
veo los callos y se qué los produjo
esas pequeñas uñas recortadas a dientazo
y dudo de que esté bajo la sombra de
este árbol y que el dolor provenga de mis manos
ciento voces, son de esas personas que caminan
soñando o soñados por el delirio de mi centro.
Me doy cuenta son pensamientos sin salida
sin la verdad que los remita
hasta ese lugar seguro
donde la persistencia deja de ser un espejismo
frustrado de puertas de emergencia
sin el don de la voz que los confirme.
Y este árbol que se hace tan real
homologado por la sombra
y mi sueño prorroga su plácido divagar
desentendido de su fugacidad
avanza e imagina los proyectos de esa gente
que camina trazando avenidas de colores.
Deduzco la conexión de todos los conceptos
que se han ido sucediendo
y sospecho el desenlace
fuera de estas manos
fuera de esta piel
allende las fantasías de los peatones.
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