Llega la noche hurtando el silencio
cómplice de arcaicos miedos
ataca la ventana y enciende viejos deseos.
La noche indulta Al cuerpo las perversiones
enfundadas en armaduras de sudor
la noche pone en marcha las máquinas
que fabrican sueños pret-a-porter
La noche ahoga miradas insomnes
y alberga especulaciones de vino y cerveza
La noche encadena las inseguridades al pie de la cama
y glorifica en rezo los anhelos cercados
por las señales del camino.
La noche puede matarnos
jueza, verdugo y sepulturero
sin que hayamos conseguido la salvación.
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