Presentación



Comencé a escribir en la década del ochenta, en el siglo pasado (dicho de esta forma repercute como un hecho ancestral); si bien manejo las nuevas tecnologías muy bien, siempre tuve la idea de que lo escrito debía publicarse en papel. Pero, todos los que han intentado lo saben, publicar no es fácil y mucho menos si uno vive alejado de los centros literarios. A pesar de haber participado en algunas antologías y revistas y haber ganado algún que otro concurso no creo que nada se compare al sentimiento de ser el protagonista de la tapa de un libro.

Pero más allá de delirios personales, de la lujuria de la fama y el egocentrismo tira bombas que cacarea la propia supremacía de su pensamiento, la pregunta motora de la escritura está ahí: ¿par qué se escribe? (por favor no piensen en la respuesta top de los escritores “para exorcizar fantasmas”).

Para responder la pregunta expuesta tomo como supuesto la idea de que uno escribe para otro (aunque a uno le apene lo que ha escrito, como a mí) y si es así lo que uno está tratando de hacer es de presentarse, de decir ¡“mírenme”!. Y puedo aceptar que ese “míerenme” puede estar dicho con la mayor humildad o la más pesada petulancia pero siempre se trata de decir” acá estoy”.

Tras los pasos de este razonamiento, un tanto errático, es que decidí salir a mostrar lo que he escrito durante tanto tiempo y decir mírenme acá estoy.

En cuanto al por qué escribo, es decir, esencialmente qué me ha llevado a elegir esta forma de presentación mi teoría es simple: escribir es una bella forma de pasar el tiempo.

Este es el pensamiento a seguir tras la creación de este blog el cual se ira desenvolviendo a medida que el tiempo transcurra.







HOYA, MAÑANA, AYER.

 


Hoy, quiero decir ayer o tal vez mañana

Me arrancaré la piel del cuerpo

Y renunciaré a ser de los días el dueño

Miraré el amanecer por la ventana

Desterrando mis deseos hechos raíces

Me perderé o perdí en los laberintos

De una quebrada que ahogue mis gritos

Y proteja los pocos sueños libres

Que sobrevivieron al ventarrón

Después o antes me comeré mi sombra

Y cederé las palabras que me nombran

Y sonriente me enfrentaré a la legión

De rostros que se olvidan u olvidaron

Miro, miraré el desierto nublado

Y mis lágrimas han o habrán surcado

Los rostros de los que me lloraron

Hoy espejismo del horizonte

digo ayer ilusión de la memoria

tal vez mañana castigo de la esperanza.

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